Ringu fue un fenómeno cultural muy grande, comparable quizá con Blair's Witch project, y su popularidad alcancé tales límites que, llegada la película a los cines estadounidenses, se optó por hacerse un remake cuyas buenas intenciones cumplían su cometido…, pero como dice el dicho (japonés, por supuesto): «el amor es acciones, no buenas intenciones».Sin embargo, lo que muchos olvidan o, mejor dicho, ignoran, es que este fenómeno nació de la pluma de un escritor japonés, Koji Suzuki, autor de la novela Ringu, un thriller ambientado en el Japón de los noventas y que lograba llegar a toda la sociedad nipona por un factor: el mal viajaba a través de la tecnología.
Debido al rotundo éxito de la novela, Suzuki recibió el título del «Stephen King japonés» y, aunque su estilo, tema y desarrollo no se acercan ni una pizca al de este escritor, quizá pueda atisbarse una pequeña influencia a través del título.
Ringu no es una palabra japonesa; nunca la encontrarán en un diccionario a las tres sílabas que la componen o a un posible kanji. No, se trata de una palabra inglesa, «japonizada», por decirlo de una manera: ring, cuyo significado ha caído en el misterio, ya que no se sabe si hace referencia al aro que aparece al final de los vídeos malditos o a la llamada fatal que reciben aquellos que los ven.
Sea cual sea el título, la historia es la siguiente, aunque no muy distinta de la de la película:
Asakawa, reportero de profesión, encuentra una relación entre la misteriosa muerte de su sobrina Tomoko y la de otros tres jóvenes: murieron a la misma hora y el diagnóstico es desconocido. Su investigación lo lleva a un lugar de retiro en las montañas, donde encuentra un VHS con un vídeo perturbador. Decenas de imágenes horribles y sin sentido aparecen ante él y, al final, como una guinda, alcanza a distinguir lo que parece ser un aro. Pero no ha terminado; la pantalla se oscurece y aparecen las siguientes palabras: «Aquellos que hayan visto estas imágenes están condenados a morir a esta misma hora exactamente dentro de una semana. Si no desea usted morir, tiene que seguir estas instrucciones al pie de la letra…». Después, acaba.
Preocupado, Asakawa inicia una carrera contra el tiempo y su muerte, ayudado por su amigo Ryuji, descubriendo los terribles secretos que esconde esta cinta, relacionados con la muerte de una joven…
Hay muchos aspectos a considerar en esta novela, todos ellos que convierten en perfecta historia de suspenso.
El proceso de investigación que realiza Asakawa es desesperado, y Koji Suzuki supo perfectamente cómo plasmarlo, sin muchas descripciones ni redundancias. Los personajes están bien construidos, especialmente el protagonista, alrededor del cual gira todo; incluso los ausentes, como Sadako Yamamura, tienen mucha fuerza.
Toda la novela está plagada del folklore japonés más rico que se ha visto hasta el momento, aunque con algunas influencias americanas; es decir, el autor nos muestra esta ambivalencia que sufría el Japón de principios de la década pasada: una constante lucha entre el desarrollo y las tradiciones.
Asimismo, parece que se crea de una mitología propia, aunque un poco pobre.
La película (la japonesa) logra plasmar las mismas sensaciones desesperadas que en la novela; pero se necesitaron de varias secuelas para explicar toda la historia (que es larga y enredosa) de la misteriosa mujer con cabellos negros y largos que le cubren el rostro: Sadako Yamamura, conocida en América como Samara, por la versión estadounidense.
En fin, se trata de una gran historia, sencilla al leerla, pero que quizá pueda confundir debido al sinnúmero de enredos. Definitivamente, volvería a leerla y, de tenerlos a mi alcance, leería los otros libros de Koji Suzuki.
Debo decir que él me ha influenciado un poco para algunos escritos que siguen guardados en lo profundo de mi mente y que algún podría plasmar.
Pueden descargar la novela haciendo clic aquí.
Me encanta esa película. No hay nada como las versiónes originales. No las copias chafas de Hollywood.
ResponderEliminarPor cierto, no sabía que hubiera una novela.
ResponderEliminar¡Sí!, checátela, está buenísima. Es como la película, pero en ésta cambiaron unos cuantos detallitos. Eso sí, tuvieron que hacer muchas secuelas en Japón para mostrar todos los datos que salen en la novela. ¡Salu2!
ResponderEliminarCurioso, yo no sabía ni siquiera que era un libro. Creo que voy a descargarlo.
ResponderEliminarPor cierto este blog está perro. Y lo mejor de todo, está hecho en México.Estan en Vallarta ¿No?
Si no me equivocó ahí está el CUC, y aqui hablan mucho de él. Me gusta mucho leer y me alegra que haya por lo menos un blog de este País que hablé de literatura y buenas Películas. Los felicitó.
Por cierto, los invitó a ver mi blog: Opiniomex.
yalocreoquesi.blogspot.com Saludos.
pequeño quisquilloso de dios: Efectivamente, es un libro. Yo también me sorprendí al saberlo; te lo recomiendo (si no basta la entrada, jej) bastante. Y sí, estamos en Vallarta; aquí está el Centro Universitario de la Costa de la UdeG. ¿En serio hablan de nosotros? ¿En donde? Siempre hemos sido un centro olvidado, especialmente nuestra carrera... ¡que es única en la UdeG! Muchas gracias por tu comentario, y sigue dándote vueltas que no te defraudaremos. Por lo pronto, me daré una vuelta por el tuyo. ¡Salu2!
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